Hoy colabora en el blog Paula Úbeda, una valenciana que se instaló en Rotterdam y nos ha preparado un plan muy completo :
Rotterdam en un día
Si eres como yo y al escuchar Holanda te vienen a la mente molinos de viento, canales y tulipanes, cambiarás de idea con Rotterdam.
Desde que llegué a esta ciudad, no ha dejado de sorprenderme y vivir en Rotterdam se convierte en una aventura diaria. Rotterdam es una ciudad completamente nueva ya que fue bombardeada por los alemanes durante la segunda guerra mundial, lo que la ha convertido en la capital de la arquitectura moderna de Holanda.
Si solo tienes un día para ver mi nueva ciudad, no te preocupes, tienes tiempo de sobra para enamorarte de ella y, ¡descubrir por qué es conocida como el San Francisco del Maas!
No sólo tiene un apodo gracioso, sino que además cuenta con el puerto más grande de Europa y el segundo del mundo.
Vamos a comenzar nuestro recorrido en la estación principal de trenes, Rotterdam Centraal, una de las estaciones con más vida de Holanda. Tanto si viajas en tren de cualquier ciudad holandesa como si vienes del aeropuerto, es el primer lugar que verás de Rotterdam.
Esta ciudad es perfecta para los amantes de la arquitectura, ya que nada más salir de la estación central podrás ver la Millenniumtoren, dónde se encuentra The Manhattan Hotel, el Delftse Poort, e incluso la estructura del edificio de Unilever impresiona.
Si continuas recto por la calle Weena, llegarás a una rotonda muy conocida llamada Hofplein, la cual conecta con Coolsingen.
Esta zona, conocida como Cool District, es la zona perfecta para ir de compras y, si hay Zara, así que si quieres darte algún caprichito, éste es tu barrio.
Además de haber (muchas) tiendas, también podemos encontrar uno de los pocos edificios que sobrevivió al bombardeo alemán y es considerado como monumento nacional, el Ayuntamiento de Rotterdam.
Sigue caminando por Coolsingel hasta llegar a Meent, luego camina por Delfsevaart para encontrarte con otra de las joyitas de Rotterdam que los alemanes no consiguieron destruir, la iglesia Laurenskerk, cerca de la cual encontrarás una estatua del famoso Erasmo de Róterdam.
Prepararos porque ahora viene una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, Blaak.
En esta pintoresca plaza puedes encontrar las principales atracciones turísticas de esta ciudad y el símbolo de la arquitectura moderna de Rotterdam.
Como ya habíamos dicho antes, en Holanda no todo son canales y molinos de viento.
El primer edificio con el que nos vamos a encontrar es la Biblioteca Central de Rotterdam, acompañada de la “Casa Lápiz” (Blaaktoren en holandés).
Es normal que te haya entrado un poco de hambre con tanto caminar, si es así, ¡estás de suerte!
Justo a tus espaldas se encuentra el Markthal, un mercado cubierto donde puedes encontrar todo tipo de productos frescos junto con una gran variedad de bares y restaurantes.
Date un paseo por sus puestos y disfruta de sus productos.
Si eres de los golosos, no te resistas y prueba los Stroopwafels recién hechos (también con Nutella) o de los típicos Profeertjes. Si, por el contrario, eres más de salado, no te preocupes porque hay muchísimas tiendas de quesos, carnes, e incluso un supermercado oriental.
Una vez hemos repostado, podemos continuar nuestro recorrido en las famosas Casas Cubo (Kubuswoningen) de Piet Blom.
Estos edificios son uno de los símbolos de la ciudad y simulan una especie de bosque. En total hay 32 casas unidas formando un ángulo de 45 grados y, actualmente, una de ellas es un museo, al cual se puede acceder pagando 3€.
¡Es muy curioso entrar dentro de una de estas casas!
Ahora toca ver la parte más portuaria de Rotterdam, que por algo tiene una gran tradición pesquera. Atravesando las casas cubo, llegaremos al Oudehaven, entre nosotros “puerto viejo”.
Aquí hay muchos bares con terrazas que invitan a sentarse a tomar una Heineken fresquita y contemplar el primer rascacielos de Europa, la Witte Huis (casa blanca), la cual sobrevivió a los bombardeos.
Abandonamos el Spaansekade (pueto español) atravesando el Spanjaardsbrug (puente de los espaoles), para encontrarnos con el río Maas y el imponente Willemsbrug.
Este puente tan característico es el que le ha dado el nombre a Róterdam como el San Francisco del Maas por su similitud, tanto en la forma como el en el intenso color rojo.
Parece tentador cruzar el puente para descubrir qué hay en el sur de Rotterdam, pero no os impacientéis todavía. Vamos a continuar dando un agradable paseo por la orilla del Maas a través del Paseo de las Banderas.
Así podremos disfrutar de las vistas del símbolo de la ciudad, el Erasmusbrug. Y ahora sí, vamos a cruzar a el barrio Kop van Zuid de Rotterdam.
Wilhelminapier es conocido por sus rascacielos, los cuales permiten tener unas vistas maravillosas de la ciudad. Uno de los edificios más conocidos de Róterdam es De Rotterdam, el cual alberga un hotel, oficinas, tiendas, restaurantes y mucho más.
Si tienes suerte y hace buen tiempo, te recomiendo que subas a su terraza para disfrutar de las vistas. Aquí también podremos ver la Toren op Zuid, la Terminal de Cruceros de Róterdam y el Museo de Fotografía de los Países Bajos.
Entre tanto edificio moderno parece mentira que podamos aprender un poco de historia de los Países Bajos, pero es que ésta ciudad nunca deja de sorprender.
Si seguimos paseando por esta zona, llegaremos a uno de los edificios más emblemáticos de Róterdam, el Hotel New York.
Después del bombardeo, fue la sede de la Holland-Amerika Lijn y sirvió de puente para aquellos que emigraron a América en busca de un futuro mejor tras la Segunda Guerra Mundial. Es perfecto para tomar un café (o unas Biterballen si te entra el gusanillo antes de comer) y disfrutar de su decoración.
Una de las cosas que más me gusta de Holanda es su amor por la comida orgánica y saludable, y eso es lo que vamos a ver ahora.
Cruzando el puente Rijnhavenburg llegaremos a Katendrecht, una pequeña isla dónde se sitúa uno de mis sitios favoritos para comer.
Os aseguro que Fenix Food Factory no os decepcionará, tanto la comida como la decoración están muy logrados y tienen opciones para todos los gustos.
Después de haber comido lo que menos apetece es volver a cruzar tanto puente, podéis hacer el camino de vuelta de una forma divertida con el “Watertaxi” solo por 4,5€.
Os permitirá disfrutar de las vistas de la ciudad desde el agua durante unos minutos, y encima es súper divertido.
Una vez en tierra otra vez, podemos seguir disfrutando de la típica imagen holandesa de los canales paseando por Leuvenhaven, además si tenéis suerte y ya ha anochecido, podréis ver este pequeño puerto con las luces encendidas.
¡Es una imagen muy romántica! Además, aquí se encuentra el Museo Marítimo de Rotterdam!
Una vez llegues a Shilderstraat, gira a la izquierda hasta llegar a Witte de Witshstraat, una de las calles más bonitas y con más ambiente de Rotterdam.
Aquí podéis ir a tomar algo antes de ir a cenar en cualquiera de sus múltiples bares.
Un sitio muy conocido para gente joven es Wunderbar, pero si estás buscando un ambiente más tranquilo para disfrutar de una buena cerveza, te recomiendo que pruebes De Witte App.
Para cenar hay múltiples opciones: si te gusta la comida árabe, prueba Bazar; si te apetece probar algo muy típico holandés (aunque parezca raro), dale una oportunidad a SateBar, un restaurante especializado en comida tailandesa; si eres de los clásicos y quieres probar la mejor hamburguesa de Holanda, Ter Marsch & co es tu sitio.
Espero que hayáis disfrutado de mi ciudad tanto como yo lo hago a diario. Rotterdam es una ciudad perfecta para desmontar nuestros estereotipos de ciudades holandesas, ya que está llena de rascacielos y edificios con formas imposibles.
Si quieres saber más información sobre cómo es vivir en Rotterdam, no dudes en echarle un vistazo a mi blog. Que no os de miedo la lluvia o el frío, desde la experiencia de una valenciana ¡Róterdam es una ciudad que vale la pena ver!
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