
Bueno, pues ya ha pasado el cumple del Rey de Holanda, la única festividad holandesa en la que te podrás encontrar conciertos gratuitos en cada esquina, cientos de barquitos en los canales, y miles de personas por la calle. El país se viste de naranja, una ocasión más para disfrazarte de alguna manera.

La tradición de esta festividad se remonta al año 1885, con la celebración de los cumpleaños de las tres reinas habidas hasta entonces, Whilhelmina, Juliana, y Beatrix que fue la última reina. Hasta el año pasado que abdicó en Guillermo, el actual Rey. Evidentemente no todas ellas nacieron el 30 de Abril, sin embargo se decidió conservar la fecha en memoria a la reina Juliana.
Actualmente la fiesta oficial desde la coronación del nuevo Rey el año pasado es el 27 de Abril, día que coincide con su cumpleaños.
Todo empieza el día anterior por la tarde, con conciertos, comida y bebida hasta la madrugada. Sin embargo, después de varios años viviéndolas, yo me decanto por disfrutar de las fiestas durante el día en lugar de la noche. La gente no va tan pasada de alcohol, hay un ambiente más familiar, y sigues teniendo música para todos los gustos.
Las calles del centro de cada ciudad se convierten en un mercadillo libre, el ¨vrijmarkt¨, pero no de gente que tenga tiendas o un negocio, sino de cualquiera de nosotros.

Te reservas un sitio en la calle, extiendes una mantita en el suelo y pones todas esas cosas o ropa que ya no quieres. Tengo que decir, que en muchos de los casos esas cositas estarían dentro de la categoría ¨cascarrias¨ en general 🙂 , pero lo suyo es organizarlo con amigos o familia, pasarlo bien y hablar con la gente.
Esto es lo que lo hace divertido y peculiar. Y tengo que decir que al final puedes encontrar cosas útiles o interesantes a precio de saldo. Como una bicicleta, ese disco o película ya obsoleta que siempre quisiste tener, pero no compraste en su momento…Y a quien le guste lo ¨vintage¨ aquí tendrá donde buscar.

Por suerte este Lunes a pesar de que hacía frío había sol. La cosa cambia y mucho, ya que son fiestas para estar en la calle. En Ámsterdam se celebra a lo muy grande, sin embargo este año he preferido quedarme en Utrecht que es algo más tranquilo.

Y ya podéis ver que aún así había que trampear entre cientos de personas. Sin embargo, a la que te salías de las calles principales todavía podías encontrar calles tranquilas. Un bar donde sentarte un rato. Tomar algo al sol y escuchar música en directo de alguna de las bandas.

En los barcos llevan su fiesta particular, con música a tope, mucha bebida, y a gritar y saludar cuando pasan entre ellos. La verdad es que durante el día hay muy buen ambiente, los niños y familias participan mucho más, un ambiente festivo.
Y en estas fotos podréis ver cómo se vive en Amsterdam, impresiona verdad!


Que tengáis un lekker día!
Rosa
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